Si hace unas semanas hablábamos de la agresión propinada por un grupo de militantes del PP al compañero Luis en Leganés y el ataque sufrido por un militante de IU en Estrecho, hoy tenemos que hablar de otros nuevos ataques contra activistas de izquierdas. Parece que estos acontecimientos no son aleatorios ni guiados por la locura de unos cuantos nazis descabezados, sino que obedecen a la cara más sucia del fascismo siempre ofrecida en periodos de agitación social.
Hace unos días en Moratalaz un grupo de nazis hicieron varias salidas con el objetivo de agredir a cualquier persona con apariencia de ser activista de izquierdas. Utilizaron coches, de los que se bajaban varias personas cuando visualizaban algún objetivo. Finalmente, solo la fortuna y habilidad para eludir los ataques de las personas que se pretendia atacar, lograron que no se culminara ninguna agresión. Pocos días después una mañana durante las fiestas de Alcalá un grupo de cinco fascistas entraron en la caseta de IU/PCE en la que se encontraba un reducido grupo de camaradas de la UJCE y del PCE. Hicieron gala de una actitud intimidante y despectiva hacia todo lo que allí encontraron. Escasos días pasaron cuando un compañero de IU Alcalá era amenazado por un grupo de nazis en las redes sociales, llegándose incluso a designar al encargado/a de ejecutar el ataque. Lo peor de esta amenaza, y que cabe resaltar, es que se hizo un señalamiento previo por medio de una ficha en el que aparecían datos enormemente personales (antecedentes penales, domicilio…), datos a los que solo tienen acceso la Policía y la Guardia Civil. Esto evidencia el estrecho vínculo existente entre el fascismo y los cuerpos y fuerzas de seguridad, actuando estos últimos como hogar y resguardo de muchos militantes de extrema derecha. Así, los grupos de extrema derecha hacen gala de los medios que este sistema represivo ofrece para obtener información, impunidad o sin tapujos ejercer la violencia directa.
Desde Unión de Jóvenes Comunistas en Madrid queremos denunciar el amparo que la Policía, Guardia Civil y Ejército prestan a los grupos de extrema derecha con la complacencia de las altas instituciones. Sabemos que esta es la consecuencia lógica de mantener el mismo aparato represivo desde el Franquismo, a los mismos dirigentes policiales y militares, sin hacer limpieza entre sus filas bajo la mal llamada “transición”. Nos solidarizamos con todas las víctimas de la violencia fascista y condenamos toda su violencia, ya venga desde sus milicias callejeras, desde los cuerpos represivos o desde las instituciones.
Contra el fascismo, Solidaridad de Clase.
¡No pasarán!
¡No pasarán!
Fuente: UJCE Madrid
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